A medida que se acercan estas fechas empezamos a recibir sobredosis de información y de recomendaciones acerca de lo efectivo que resulta empezar una dieta en marzo.
Pero, ¿existe realmente un momento ideal para comenzar una dieta? ¿Puede una fecha determinar el éxito de ésta?
Puede que sea así, pero la realidad es que sólo tú eliges cuándo empezar.
Existen varios factores externos que son únicos en cada persona; la familia, los problemas personales, el estrés… Cada factor es un componente psicológico añadido al esfuerzo que supone llevar correctamente una dieta. Cuando una persona se queja de haber probado todas las dietas pero no haber encontrado todavía la buena, peca de ingenuidad. ¿Por qué? Muchas veces cuando pensamos en ponernos a dieta no tenemos en cuenta la estación, el estado psicofísico de la persona y nos arriesgamos a empezar una dieta que no dará sus frutos debido a un período erróneo en su vida.
Estas fechas suelen ser las más señaladas porque, como bien sabéis, nuestro organismo necesita una limpieza profunda al menos dos veces al año para eliminar las toxinas acumuladas, producidas por varios excesos. Es en estas fechas cuando más gente se anima, bien para sentirse cómodos con su cuerpo cuando llega el verano, bien para eliminar los restos de los deslices navideños o bien para aprovechar que, con la llegada de la nueva estación, aparecen nuevos “superalimentos” que nos ayudan a que la dieta sea mucho más fácil y llevadera.
Para poder catalogar un alimento como “superalimento”, primero hay que tener claro qué significa esta categorización, definición que no está del todo clara ni pone de acuerdo a todo el mundo.
Lo que sí está claro es que existen determinados alimentos con propiedades funcionales definidas, estudiadas y avaladas científicamente, y con elevados contenidos en una o varias sustancias de muy alta calidad funcional. Alimentos tales como;
Manzanas: fruta baja en calorías, no tienen grasa y son muy ricas en agua, aproximadamente el 80% de su composición, también son ricas en fibra, por lo que (sobre todo si la comemos sin pelar) te ayudará a sentirte saciado. El número de variedades existentes es sumamente alto, en realidad no son muchas las diferencias (al margen del color) que se pueden observar en unas y en otras. Sí es cierto que su composición nutricional es algo diferente, pues: las manzanas rojas tienen más azúcar que las manzanas verdes, pero la verdad es que tanto la manzana roja como la manzana verde tienen un bajo contenido en calorías e igualmente las dos manzanas sirven para llevar a cabo métodos de pérdida de peso.
Aceite de aguacate: aceite rico en grasas monoinsaturadas, como el oleico (al igual que el aceite de oliva) o el omega 9, además de tener fibra y proteínas. Que las grasas monoinsaturadas (o grasas “buenas”), incluidas en una proporción adecuada en la dieta, facilitan su no acumulación porque son consumidas como “combustible” por el organismo, previniendo además las enfermedades cardiovasculares.
Jengibre: anti inflamatorio natural, rico en minerales, vitaminas, antioxidantes y aminoácidos.
Clórela: es un alga con alto contenido en clorofila, utilizada habitualmente para desintoxicaciones y eliminar las toxinas del cuerpo.
Cacao: el chocolate negro podríamos catalogarlo dentro de la lista de superalimentos, por su elevado contenido en antioxidantes y su colaboración en reducir los niveles de colesterol. Además contiene niveles bastantes razonables de hierro, cobre, manganeso y fibra. Es importante que el ingrediente primero y principal sea el cacao con un contenido mínimo del 80-90%.
Té matcha: más potente como fuente de nutrientes y proteínas y aún más rico en antioxidantes (polifenoles) que el té verde convencional.
Cúrcuma: en alimentación o como sumplemento nutricional, la tomamos por la acción detoxificante y anticancerígena.
Estos son tan solo algunos ejemplos, sin embargo debemos saber que, el que un alimento tenga una o varias propiedades funcionales bien definidas y documentadas no abre la veda de un libre consumo indiscriminado de dicho producto.
Por eso, a la hora de comenzar una dieta debemos tener muy claro tanto los objetivos a medio y largo plazo, como el seguimiento alimenticio que vamos a hacer. Una dieta es una cosa seria. No basta con desear perder peso para recuperar mágicamente la línea, así como no basta con seguir una dieta estricta para luego volver a comer como antes tirando por la borda los esfuerzos realizados y volviendo al peso inicial. O deteriorar nuestra salud a causa de transformar nuestra alimentación de tal manera que no le damos a nuestro cuerpo lo que necesita.
Yo, como especialista, siempre recomiendo los estudios nutrigenéticos a aquellos clientes que demandan una dieta personalizada que dé resultados a la par que beneficie su salud; El estudio nutrigenético/nutrigenómico nos permitirá realizar un tipo de dieta altamente personalizada, basada en nuestro perfil genético y nuestros hábitos de vida. Indagaré mucho más en este tema en próximas entradas al blog.
Además, quería mencionar dos productos que han resultado increíblemente eficaces a la hora de perder peso como es el complemento quemagrasas
Lipodiet Svelt el cual recomiendo por su capacidad de inhibir la producción de grasas y acelerar la absorción de azúcares. O
Slim Complex, ya que también contiene un gran número de componentes coadyuvantes en la combustión de las grasas, depuración del cuerpo y en la ayuda del correcto funcionamiento metabólico.
Y para finalizar, mi enhorabuena a todos aquellos que habéis decidido tomaros en serio la cuestión de bajar de peso. Recordad que no influye tanto la fecha que hayamos escogido para comenzar, sino el cuidado que le demos a nuestro cuerpo y la dedicación que pongamos en ello. Una dieta debe realizarse con constancia y bajo la supervisión de un especialista. Todo esfuerzo tiene sus resultados.