La vitamina A, sus derivados y la piel

Cuando nos hablan de la vitamina A, si no somos químicos, biólogos, farmacéuticos o médicos, lo más que se nos viene a la cabeza es pensar en una de esas “cosas” químicas que hay que tomar con los alimentos “porque las vitaminas son muy buenas”, o que hay que ponerse en la cara porque me lo ha dicho alguien a quien le ha ido muy bien y se lo dieron en su centro de estética.


Pero ¿qué es en realidad la vitamina A? ¿Existe un solo tipo de vitamina A ? ¿Para qué sirve? Y sobre todo… me sirve a mí? ¿Cuándo, cómo y por qué?


Pues a todas esta respuestas vamos a intentar darle respuesta en este artículo, centrándonos en su uso para el cuidado de la piel y la lucha contra el envejecimiento


Empecemos por el principio: ¿qué es la vitamina A?


Desde 1973, cuando Albert Kligman, Médico, Farmacólogo y luego reconocido Dermatólogo patentó la tretinoína (ácido retinóico), la vitamina A está siendo reconocida como el compuesto más probado para mejorar todo, desde el acné, arrugas, síntesis de colágeno hasta la hiperpigmentación.


La vitamina A, también llamada Retinol, es una molécula liposoluble esencial para el organismo humano, que proviene del betacaroteno e interviene en diferentes procesos metabólicos. Realmente estamos hablando de un grupo de moléculas (los llamados retinoides), que por medio de diferentes reacciones bioquímicas se van a poder combinar entre ellas, y avanzar o retroceder en el sistema metabólico dependiendo de las necesidades del organismo. La vitamina A, en el cuerpo humano,  va a poder estar en forma de alguno de sus tres vitámeros, es decir, retinol, retinal o ácido retinóico, siendo cada una de ellas una forma más oxidada que su predecesora.


Como hemos mencionado, su función en el organismo está encuadrada en múltiples y diferentes procesos, que van desde la visión al sistema inmunológico, pasando por el mantenimiento y cuidado de las células de la piel, punto en el que nos centraremos en este artículo.


Para el cuidado de la piel, tradicionalmente se ha utilizado el retinol, tal cual, sin tener muchas veces en cuenta ni siquiera la concentración a la que se usaba, su estabilidad en la fórmula o si la piel de la persona lo iba a poder tolerar.


Pero poco a poco la investigación en el terreno de la dermocosmética ha ido perfeccionando la forma de uso de los retinoides en las fórmulas y se ha ido centrando el objetivo de cada una de sus formas y concentraciones.


De ser un producto que podía llegar a hipersensibilizar la piel y dejarla desprotegida ante los daños solares, hemos llegado a fórmulas que podemos utilizarlas en todo momento del año y todo tipo de situaciones. De ser productos irritantes, hemos llegado a tener un enorme abanico de moléculas y concentraciones para poder llegar a todo tipo de pieles.








Bien es verdad que el retinol, en sí mismo, es fotosensible a la luz solar por lo que debería ser aplicado de noche, pero la realidad es que, a día de hoy y con los avances en las formulaciones, un producto en base retinoide no debería hacer la piel más vulnerable a los rayos UV de lo que podría ser después de exfoliar con un exfoliante físico. Ojo, ¡no hay que olvidar que hay que aplicar y reaplicar siempre el protector solar!




Pero vamos por partes y vamos a ir viendo qué tipos de vitamina A tenemos disponibles y cuáles son sus usos preferentes a la hora de aplicarlos en la piel. En dermocosmética, las moléculas que se usan comúnmente en las formulaciones son las siguientes:


Retinil palmitato

Retinol

Retinal

Ácido retinoico

Retinil retinoato



El orden en el que lo hemos enumerado no es el de importancia ni el de más o menos uso en la industria. Se trata del grado de oxidación en el que se encuentra el retinol, de menos a más, ya que desde un punto de vista bioquímico, nos va a ser mucho más claro entender el porqué de cada una de las moléculas en cada uso.


Retinil palmitato






Éster del retinol estabilizado en forma de sal de palmitato. Se trata de la versión “menos potente” de vitamina A (siempre dependiendo de la concentración, claro está), ya que se trata de la forma más reducida del retinol, y requiere de más pasos de síntesis hasta llegar al ácido retinoico (tiene que pasar por el alcohol y aldehído hasta llegar al ácido retinoico)


Suele ser el más utilizado en dermocosmética por ser más barato, aunque su efectividad es más reducida y condicionada a su concentración y al objetivo que se persiga.



Retinol







Es la vitamina A en estado puro, que no por ello es la forma más efectiva de los retinoides para el cuidado de la piel. Sin embargo, es la forma asimilable de vitamina A por excelencia, pasando luego a sus formas oxidadas para poder realizar sus funciones correctamente. Su isómero bioactivo es el trans- retinol, y es el que  debe ser utilizado en las formulaciones dermocosméticas para obtener la mayor efectividad.


El retinol es el mejor principio activo para luchar contra el fotoenvejecimiento, mejora la síntesis de colágeno y elastina, contribuye a la hidratación de la piel y mejora su textura.


Dependiendo de su concentración, entre 0.1 y 1.0% (a nivel domiciliario. Hasta el año 2013 el rango estaba restringido por la legislación noruega entre 0.3 y 0.55%, para evitar posibles toxicidades y fotodaños colaterales), podremos jugar con los diferentes tipos de sensibilidades cutáneas y podremos ajustar los tratamientos en lo que se refiere a dosificaciones y tiempos de aplicación.


En este tipo de productos es donde más se ha comenzado a estudiar acerca del método de dosificación, ya que hay laboratorios (como Pangea, laboratorio que formula Medik8) que han introducido el retinol encapsulado en sus fórmulas, lo que permite la liberación en el tiempo del retinol que la piel necesita en cada momento, evitando su oxidación total inmediata y bajada de rendimiento y efectividad. Todo un avance en la ciencia de la dermocosmética.


Se trata de prevenir la irritación en la piel que se causa normalmente por la acción del retinol a las dosis (efectivas) utilizadas, proporcionando una liberación lenta y continua del ingrediente activo. Menos irritación es igual a más confort.


En cuanto a las concentraciones, lo ideal es comenzar tratamientos pautados a bajas concentraciones para ver la reactividad de la piel ante el retinol, y a partir de ahí, podremos ir aumentando concentraciones y disminuir el espaciado entre aplicaciones para conseguir, en pieles fotodañadas, una unificación del tono y una  apariencia de piel más joven. También conseguiremos aumentar la producción de colágeno y los niveles de ácido hialurónico epidérmico, mejorando la apariencia de las finas líneas y arrugas.


En resumen, podríamos decir que el retinol a bajas concentraciones posee acción antioxidante y suavizante, aportando luminosidad a la piel, mientras que según aumentamos la concentración, pasa a tener actividad queratolítica, disminuyendo el estrato corneo, mejorando arrugas, marcas de acné pasando a tener propiedades despigmentantes.


Retinal





Actualmente es el gran avance científico del momento (conseguido por Medik8 con su gama de productos Cristal Retinal) a la hora de aportar retinoides a los productos de cuidado de la piel, ya que se ha conseguido estabilizar la especie intermedia entre el retinol y el ácido retinoico, es decir el aldehído del retinol, llamado retinaldehido o retinal. Se trata de un gran avance porque se consigue introducir en la piel una molécula que está a un solo paso oxidativo del ácido, lo que quiere decir que se perderá menos tiempo (y menos producto en reacciones intermedias) a la hora de conseguir lo efectos deseados de un producto de base retinoide.


Continúa siendo un producto respetuoso con la piel como el retinol tradicional ya que posee un sistema novedoso de encapsulación, que actúa como sistema de liberación lenta y a la par colabora en la estabilización del producto, optimizando además la absorción del retinal en la piel.




Según los datos aportados por el laboratorio, el retinaldehído posee propiedades antibacterianas por lo que es un producto antienvejecimiento ideal para pieles propensas a las imperfecciones, disminuyendo con el tiempo la bacteria responsable de los brotes.




Ácido retinoico







Los isómeros funcionales a nivel tópico del ácido retinoico son la tretinoína y la isotretinoína (ácido 13-cis-retinoico)


Esta molécula es la que realmente tiene las propiedades que hemos mencionado anteriormente en sus precursores. El problema es que el ácido retinoico, como tal, es un ácido que sensibiliza mucho la piel a los efectos de los rayos UV, y puede producir sequedad, descamación, prurito, exantema y/o fragilidad dérmica. De ahí que siempre se suelan utilizar sus precursores a diferentes concentraciones, tal y como hemos comentado.


El ácido retinoico, de usarse puro, será exclusivamente a nivel estrictamente profesional y bajo la supervisión y seguimiento de expertos sanitarios en el cuidado de la piel.


De hecho, el ácido retinoico no debe considerarse un activo cosmético como tal, ya que su principal indicación es el tratamiento tópico del acné vulgaris (grado I a III) combinado con otros medicamentos  o para el tratamiento de  fotoenvejecimientos importantes.




R Retinoato

Se trata de un producto mucho más efectivo que el Retinol y a la par menos irritante, ya que la presentación de este producto, primeramente, es en forma encapsulada, con las ventajas antes vistas en el retinol, es decir, liberación lenta y controlada del principio activo. Y en segundo lugar, estamos aportando a la piel un éster del retinol con el propio ácido retinoico, es decir, aportamos directamente ácido retinoico y su precursor, que se irá oxidando más lentamente, lo que proporciona una reserva adicional de principio activo en la piel, prolongando su actividad en el tiempo. Todo esto mejora la estimulación de la síntesis de colágeno y la renovación celular. En la aplicación de esta molécula en la formulación dermocosmética cabe destacar las firmas Verso y de nuevo Medik8, aportando ambos unos destacadísimos productos en resultados y efectividad.


En el caso de zonas muy sensibles, como el contorno de los ojos, existen formulaciones respetuosas a base de  retinil retinoato encapsulado y ácido hialurónico de peso múltiple para alisar finas líneas, arrugas y patas de gallo, siendo un producto suave y altamente efectivo en cualquier tipo de piel sin causar irritación en la delicada zona de los ojos.








Se podrían escribir varias tesis doctorales hablando de retinoides aplicados al cuidado de la piel, su uso, cuidados, peligros, beneficios, métodos de acción… pero el objetivo de este artículo era acercar un poco más el significado de la vitamina A al cuidado de la piel, tratando de aclarar en la medida de lo posible su “enrevesado” (para los no iniciados) origen bioquímico.


De cualquier modo, sabéis que estamos a vuestra disposición para cualquier duda que os pueda surgir sobre el uso de estas u otras moléculas para el cuidado de vuestra piel. ¡Solo tenéis que contactarnos!

La vitamina A, sus derivados y la piel
Inmaculada Canterla Benito 9 de mayo de 2018
Compartir esta publicación
Archivar
¿Manchas en la piel? Todo sobre los tratamientos y activos despigmentantes