Marcas nicho, un estadio superior del lujo, un escape de la masificación.

Aunque su nombre puede sonar oscuro y profundo, nada brilla más ahora mismo sobre las estanterías del lujo auténtico y las webs cosméticas más sabias que las marcas nicho. Lo único que es profundo por ahora es su secreto, que poco a poco está llegando a los consumidores ávidos de productos premium.

Lejos de las perfumerías y las casas tradicionales (y mucho más lejos todavía de los pasillos del súper), las marcas nicho ofrecen en silencio, sin anuncios a toda página ni estrellas de cine, productos exclusivos, muy cuidados, de alta gama y con una cantidad innegable de componentes activos; es decir: funcionan. Y todo ello con una distribución muy restringida.Es importante no dejarse llevar por los cantos de sirena de algunas famosas marcas o por el marketing de productos sin eficacia real. Lo que importa es la formulación y es esta composición la que debería constituir el criterio principal en el consumo cosmecéutico.

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Lo que la mayoría de las Marcas Nicho (a menudo favoritas en la sombra de muchas estrellas) buscan ofrecer es un extra de calidad, respeto al medio ambiente, una sorprendente capacidad para evitar las alergias y un diseño del packaging delicado y acogedor. Sus precios suelen ser apenas un 10%-15% superiores a los de la cosmética “estándar”, pero sus resultados se multiplican, por lo que crean clientes fieles.

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Es importante no dejarse llevar por los cantos de sirena de algunas famosas marcas o por el marketing de productos sin eficacia real. Lo que importa es la formulación y es esta composición la que debería constituir el criterio principal en el consumo cosmecéutico.

Aunque la calidad de los productos formulados por las marcas nicho está cuidada desde su composición hasta su presentación final, no se trata de productos de moda (a pesar de que su carácter exclusivo y su apariencia sofisticada los convierta en algo atractivo para los llamados “cazadores de tendencias”) Se trata más bien de productos con grandes propiedades para el cuidado de la piel y por lo tanto deben ser apreciados por las funciones terapéuticas o farmacológicas que cumplen y no por el “gancho” de sus prescriptoras.

Es por tanto necesaria una doble formación cuando se habla del mercado de cosmética nicho. Por un lado la formación del cliente, connaisseur, clave para convertir la elección de su producto cosmecéutico en algo más que un mero tema estético. Y por otro la del prescriptor, profesional, con buena formación bioquímica, capaz de proponer el producto adecuado a las necesidades de cada consumidor.

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